Articulo PNL, escrito por Rosetta Forner
PNL, ¿verdad o mentira?
¿Funciona la técnica o son los que enseñan PNL los que no funcionan?
“Podemos ser víctimas de engaños: las relaciones, las personas y las empresas arriesgadas son tentadoras... La mujer fiera (la que antes estaba en un estado psíquico natural y después se convirtió en una criatura domesticada y con los instintos naturales adormecidos), suele estar hambrienta de cosas espirituales y a menudo se traga cualquier veneno ensartado en el extremo de un palo puntiagudo, pensando que ello es lo que ansía su alma.” Extracto del libro Mujeres que corren con lobos (Ediciones B), autora Clarissa Pinkola Estés.
“Los estómagos hambrientos hacen malos compradores” (dicho americano). Esto les sucede a mucha gente, hombres y mujeres, que presas de su hambruna espiritual “se echan en brazos” de gente sin escrúpulos que se llaman a sí mismos “expertos” en determinada materia, acabando por desprestigiar a ésta última elevándola al rango de “esotérica” (en su acepción negativa). Concretamente, la PNL no está exenta de este riesgo, y de hecho creo que ya está contaminada y va camino de convertirse en un técnica confusa, distorsionadora de la realidad y mentirosa de su verdad. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que quiénes la aplican o bien la desconocen en profundidad ya sea por haberla no estudiado (sólo leyeron libros de PNL), o haber asistido a seminarios intensivos –tan intensivos que no tuvo ni tiempo de leerse los apuntes, si los hubo-, o tan despistados que quien lo impartía pretendía “caminar lo que habla”. Robert Dilts, suele referirse así a la congruencia, alegando que todo entrenador de PNL debería caminar lo qué habla, y hablar acerca de lo qué camina (en inglés: “walk your talk”, lo traduzco para que cuando la vea sepa lo qué quiere decir), o bien a pesar de haber estudiado PNL con tal o cual profesional prestigioso, uno se pregunta... ¿de verdad le quedó algo? O es que sólo se quedó con un buen manual de enseñanza de la PNL. Y, ¿qué hay de su calidad humana, de su integridad, de su autenticidad, de su evolución personal, de su honestidad, de su calidad profesional y experiencia que dé soporte su trabajo? ¿Sabe de qué habla?
A menudo me encuentro con gente que me dice (sic): “la PNL NO funciona”. Me pregunto: ¿con quién la habrán practicado? Muy a mi pesar, me invade una profunda tristeza. He trabajado en diversos campos profesionales y en todos hay malos profesionales certificados con titulación universitaria auténtica, un título no garantiza la bondad de la práctica profesional, pues como decía un alumno mío: “una cosa es la técnica y otra es tener el don”. No obstante, también los hay que dicen ser algo que no son, se denominan a sí mismo psicoterapeutas (unos alegan “llevar toda la vida estudiando
psicología”), y no tienen titulación. A mi mucha gente me pregunta si soy psicóloga, y a pesar de tener un PhD en Psicología de la comunicación, le respondo que no, pues la carrera de Psicología no la estudié (mi especialidad es otra).
¿QUÉ HACER PARA SABER SI ESTAMOS EN MANOS DE ALGUIEN QUE NO TIENE LA TÉCNICA Y/O NO TIENE EL DON?, ¿Cómo podríamos hacer para averiguar qué se esconde detrás de una buena argumentación “marketiniana” al más puro estilo publicitario de Madison Avenue, NY?. Mucho. Podemos hacer mucho. He leído curriculum vitae de gente que, honestamente, sobre el papel parecían de lo bueno lo mejor –y es que hay gente que sabe venderse muy bien, son los que yo llamo “los picos de oro” o vendedores que le venderían una nevera a un esquimal-. Honestamente, se requiere mucho ojo y oído críticos para distinguir lo bueno de lo malo, lo aparentemente genial de lo falso, y aún así no queda garantizado que no nos vayan a “dar gato por liebre”. ¿Ha oído hablar del discernimiento? Y, ¿del sentido común? (el menos común de todos los sentidos). ¿Se da crédito a sí mismo?, es decir, confía en sus instintos (si es que no los ha
adormecido y entonces carece temporalmente de este recurso). ¿Se cree todo lo que le dicen? ¿Está hambriento, desesperado, necesita aferrarse a alguien? ¿Delega, o mejor dicho, traslada la responsabilidad de su vida a otros? ¿Está acostumbrado a hacer lo qué le dicen otros? ¿Compra las cosas solo porque otro le dijo que eran buenas sin pararse a pensar si usted opina igual?¿Analiza o lo deja para otros? Si, es así, usted es “carne de cañón”, es decir, tiene hambre espiritual.
Cómo distinguir (o al menos, “tratar de”), lo auténtico de lo aparentemente bueno.
1-Hágase una lista de preguntas, ¿qué le gustaría conocer de ese profesional? ¿Qué tendría que preguntarle para obtener la información que usted busca? Cuando vamos a comprarnos una nevera, hacemos muchas preguntas, por lo tanto ¿por qué no las hacemos a la hora de poner nuestra alma en manos de alguien? Por ejemplo:
1.1-Pregúntele con quién estudió PNL, y no acepte respuestas vagas tales como: “llevo toda la vida investigando PNL”, o “es que soy amigo de amigos de los fundadores de la PNL”, o “es que he hecho yoga toda mi vida”...
1.2-Experiencia profesional, es decir, a qué se dedicaba antes de la PNL. Busque si existe una experiencia previa que capacite su actual dedicación, o simplemente “conoce” PNL. Por ejemplo: si yo fuese un directivo y alguien experto en PNL viniese a ofrecerse como coach (consultor/asesor) de PNL, lo qué yo querría saber es si ha sido directivo o no antes que PNL. Pues el hecho de tener conocimientos de PNL (en ocasiones demasiado pobres), no es suficiente para aconsejarme en materia de dirección de equipos. La gente solemos tener documentación que avala nuestro pasado profesional, si alguien, pongamos por caso, tuvo cargo de directivo, seguro que puede demostrarlo (yo, al menos, puedo).
1.3-Por qué imparte PNL. Cuál es su motivación.
1.4-Titulación (pida certificados), aunque recuerde que con tanta tecnología actual pueden falsificarse... Y aún siendo ciertos, a veces la gente solo tiene “el manual”.
1.5-Observe y filtre: “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.
1.6-¿Es un líder de verdad o es un mandón disfrazado?
1.7-¿Se trabaja a sí mismo? ¿Cómo lo hace
2-Oiga la voz de su interlocutor y confié en sus instintos: ¿qué dice más allá de las palabras con su tono de voz, volumen, velocidad, ritmo, etc.?
3-Si alguien le enumera lo exitoso que es, lo increíblemente fantástico etc. etc, etc.... que es, NO se lo crea de buenas a primeras. Para empezar, dúdelo. Un profesor mío solía decir: “piensa mal y acertarás, y sino aciertas es que no has pensado suficientemente mal”.
4-Especifique, es decir, pregúntele: ¿cómo sabe lo qué sabe?, cuando dice tal cosa, ¿qué quiere decir exactamente?
5-Una cosa es no tener estudios de algo, y otra es ser tonto o ir de tonto por la vida. No se amilane ante nada, no se deje avasallar por supuestos profesionales a los que el ego no les cabe por la puerta. Un título, o supuesto título, no es garantía suficiente (en la universidad se dan títulos a muchos y diferentes tipos de profesionales: el título es lo cuantitativo pero no lo cualitativo o “la calidad, bondad del profesional y su conocimiento-sabiduría”).
6-Llame a varios profesionales, y contraste las respuestas.
7-Lea libros, artículos, y compare-contraste: muchos “copian” muy bien las ideas de otros y hasta parece que son suyas.
8-No se deje embaucar por la parafernalia externa, léase “que tenga una escuela, instituto o centro, que sea fundador de tal o cual cosa, que haya publicado mil libros, que haya estudiado con fulanito o sotanito...”
9-Hay quien dice haber estudiado con gente de prestigio que imparten cursos genéricos, basados algunos de ellos, en la PNL, pero en ellos no se enseña la metodología sino simplemente se imparten una información de carácter práctico-instructiva para los asistentes. Yo imparto un curso basado en PNL (Despertar la magia en el corazón), que dura dos días, la persona que asista a mi curso NO sabe cómo hago lo que hago, simplemente recibió una información pero no la fórmula, y eso sucede con los cursos de dos días de carácter práctico-instructivo. Pondré un ejemplo: no por asistir a un festival de música clásica se sale del mismo sabiendo música o tocando el piano.
Mucha gente me cuenta que no saben cómo distinguir qué se esconde detrás de tanto anuncio pues, de repente, han florecido muchos profesionales de la PNL. En parte no es de extrañar dado que hay quien imparte un curso Master en PNL en... ¡dos días! Así, ¡acabaremos por cargarnos a la PNL! Hay quien estudió con un buen profesional, pero sólo se trajo un excelente manual del curso, porque las enseñanzas no las tiene integradas. Hay quien sólo se ha leído buenos libros de PNL(y hay unos cuantos en el mercado).
He conocido a pseudo-profesionales que les decían a otros, en su país de origen, que ellos tenían la exclusiva de enseñar PNL en su país, o que eran los únicos certificados por Robert Dilts (acabaré por decir: “¡no uses el nombre de Robert Dilts en vano!”), o que ellos son los “pioneros de la PNL en su país”, o “que son investigadores de la PNL” (pídales que le den la definición de “investigador”: ¿qué entienden ellos por investigar la PNL?) ¿Cómo puede investigar una persona algo sin ser un experto en ello, o sin haber estudiado Sociología. Personalmente entiendo por investigar el analizar un campo determinado a partir de una estructuración metodológica, basada en investigaciones cualitativas y/o cuantitativas reales.
En una ocasión coincidí con una persona que había estudiado PNL en Estados Unidos y decía “haber estudiado” con Robert Dilts y Judy DeLozier. Cuando me presenté y le comenté que yo era discípula (de las auténticas: he estudiado todos los niveles de PNL con ellos, además de que son mis amigos y mentores, para muestra ver prólogo de Robert en mi libro La danza de amor de las hadas), me dijo con sorna en la voz: “¡Vaya, y... ¿has sobrevivido?” (sic). Me quedé estupefacta pues no me esperaba semejante respuesta. Me quedé con la duda -no se si razonable o no-, de si era cierto que conociese a Judy y a Robert tal como decía...
Asistir a un seminario de uno o dos días de duración de un profesional famoso, no equivale a conocer la fórmula (metodología) de sus cursos. Las fórmulas no se enseñan en cursos elaborados para público genérico y enfocados tan sólo a ser personalmente instructivos para los asistentes. Asimismo, la PNL es presentada en ocasiones como un “comodity” (así se llama en publicidad al producto que sirve para casi todo). Y, sino vea, léase los anuncios de los profesionales, al parecer combina con todo...: “Coja unas nociones de PNL, póngalo en un frasco con otras disciplinas y agite bien antes de usar.”
Hágase un favor, coma antes de ir a comprar al supermercado. No se cuelgue de la primera persona que diga que le salvará. Un buen profesional nunca le prometerá que le sanará, a lo más que puede comprometerse es a ayudarle. Los auténticos no exigen adoración ciega, no permiten que les ponga en un pedestal, no presumen de lo fantásticos que son (“obras son amores, y no buenas razones”). No busque fórmulas fáciles y milagrosas, las dietas milagrosas de “pierda 10 kgs. en una semana”, suelen ser nocivas para la salud. Pregunte, lea, asesórese, investigue. Es muy fácil impartir cursos de PNL, basta con hacerse con un buen manual de un buen profesional de la PNL. Haga preguntas, si la persona es auténtica, no tiene porque molestarse si usted le pregunta. Recuerde el refranero español (es muy sabio): “dime de qué presumes, y te diré de qué careces”. Recuerde también los proverbios hindúes, los zen: “cada alumno encuentra a su
maestro”. Si usted no sabe ni quiere distinguir, sino se atreve a ver, a averiguar, a ser usted mismo; sino quiere asumir la responsabilidad de crecer y madurar, si quiere que le digan lo qué tiene que hacer y que le lleven de la mano... prepárese para atraer profesionales que le dirán lo que tiene que hacer pero nunca compartirán con usted la fórmula, pues “no podemos dar aquello de lo cual carecemos” (mi abuela solía decir: “de dónde no hay, no se puede sacar”).
No se deje seducir por charlatanes de feria, por el glamour que rodea a la gente (“no es oro todo lo que reluce”). Para que usted se beneficie de la pnl no tiene porque saberla de “pe a pa”, basta con que busque un buen profesional. Pero, eso sí, un coach o consultor o terapeuta de pnl no se hace de la noche al día ni por el mero hecho de haber “estudiado” PNL. ¿Por qué? Simplemente porque conocer una técnica no es garantía de profesionalidad auténtica. Conozco una librería de empresa en Valencia, cuyo dueño me cuenta que acude gente en busca de bibliografía sobre tal o cual materia, y al poco, están impartiendo cursos en escuelas de “prestigio” como si fuesen auténticos profesionales (“el hábito no hace al monje”), y eso también me lo han contado de la PNL. Un especialista no se hace de la noche a la mañana, ni por muy genio que sea. Kabaleb en su obra (Los dioses internos y Los ángeles al alcance de todos), nos advierte que todo lo qué nos sucede en el exterior es un reflejo de lo qué sucede en nuestro universo interior. Por lo tanto, si usted se miente a sí mismo, o no se atreve a ver la realidad de las cosas... atraerá lo igual. Por el contrario, si está dispuesto a averiguar la verdad, la hallará. Por que “quien busca, encuentra”, y “la verdad nos hace libres”. Existe gente auténtica y maravillosa, es cierto que existen, pero son menos numerosos que los “falsos”, y lleva más tiempo hallarlos excepto que usted esté dispuesto a trabajarse en serio y de verdad, lo que equivale a “no buscar fórmulas facilonas y rápidas”.
Ahora bien, un último comentario: recuerde que este artículo se lo leerá gente que oferta cursos y/o terapia PNL, por lo tanto puede que se prepare una argumentación para responderle a usted que también ha leído este artículo y trata de prevenirse de posibles embaucadores. Por lo tanto, ¡fíese de sus instintos!
Copyright 2000. Rosetta Forner
1 comentario
ROSETTA FORNER -
Gracias por publicar mis enseñanzas.
Invito a leer tanto mi último libro es EL SECRETO ESTÁ EN EL GENIO (RBA) como PÍDEME LA LUNA (Planeta), de ambos puede verse un extracto en mi página web: www.rosettaforner.com
Gracias hadadas,
Rosetta Forner