Diario de un COACH
Tengo la gran suerte del inmenso crisol de amigos totalmente diferentes entre sí, que forman mi vida, gracias a ellos cuento con una infinidad de herramientas para desarrollar mi profesión, siempre utilizo los cuentos , me resulta un método sencillo y directo para llegar a las personas, una parte de nosotros, aunque nos olvidemos sigue deseando que nos "lean cuentos" esté me llegó hoy,
“Teseo el renegón”. Y dice: «Teseo era un campesino muy trabajador, pero si algo le salía mal empezaba a renegar así: ─¡Maldición de las maldiciones malditas!─ Y así se la pasaba, renegando, refunfuñando, protestando y siempre malhumorado. Un día, muy temprano, Teseo subió a su carreta y emprendió el viaje rumbo al pueblo. La mañana era fresca y los pájaros cantaban. Todo parecía perfecto hasta que la carreta se atascó. Una rueda se había hundido en el lodo del camino. Entonces Teseo comenzó a manotear y maldecir, pero no hizo nada para resolver el problema. De pronto, Teseo se acordó de Atlas, un personaje muy poderoso que, según la leyenda, era capaz de cargar el mundo en la espalda. ─¡Atlas! ─empezó a gritar Teseo─. ¡Ven y saca mi carreta del lodo! Ayúdame, por favor. ¡Tengo que llegar al pueblo!─ Teseo estaba seguro de que Atlas llegaría para ayudarlo, así que lo llamó y lo llamó hasta que el gran Atlas se hizo presente. Teseo lo miró asombrado. ─¿Qué es lo que quieres? ─preguntó Atlas. ─Bueno ─comenzó Teseo, nervioso─, mi carreta se atascó y no puedo sacarla yo solo. ─¿Así que no puedes? ─dijo Atlas pensativo─. Está bien, te ayudaré, pero debes hacer lo que te diga. Primero limpia el lodo de la rueda. Luego, coloca tierra seca y piedras pequeñas frente a ella─. Teseo obedeció, con la esperanza de que Atlas finalmente le ayudara a sacar su carreta. ─Ahora ─continuó Atlas─, toma ese tronco y ponlo detrás de la rueda. Arrea tu caballo y cuando la carreta se mueva, empuja el tronco─. Teseo arreó su caballo y cada vez que la rueda se movía, él empujaba un poco más el tronco. Así, poco a poco, la carreta salió del lodazal. ─¡Gracias, Atlas!, sin tu ayuda mi carreta aún seguiría atascada. ─Pero si fuiste tú quien hizo todo ─señaló Atlas─. Sólo deja de renegar y piensa cómo solucionar tus problemas. Tú no me necesitas─. En ese momento Atlas desapareció tan misteriosamente como había llegado. Teseo continuó su camino hacia el pueblo. Desde ese día reniega menos y trata de resolver sus problemas sin maldecir ni refunfuñar».
¿Cuál crees que sea la moraleja del cuento? ¿Con qué personaje te identificas? ¿Eres Teseo, o acaso eres Atlas? Bueno, en realidad te compartí esa hermosa historia porque resulta que hay muchos ‘Teseos’ en el mundo que manotean y maldicen cuando tienen problemas pero no hacen nada para salir del bache en que están metidos, quieren que otro venga y les resuelva su vida. Mi trabajo como profesor ha hecho que en mi camino me cruce con un gran número de personas que sólo saben pedir y pedir, ándale, acertaste, se comportan igualito que Teseo… Hay quienes me exigen a gritos y sombrerazos que los cure o atienda a un familiar o amigo suyo. ¿Y sabes qué? Yo siempre actúo como Atlas; me encanta esa filosofía.
Ciertamente tengo muchas herramientas qué ofrecerte; si te das cuenta, eso es lo que estoy haciendo, y con mucho amor. Pero has de saber que yo no voy a resolver tus problemas. Mejor te enseño a que los enfrentes para que crezcas por ti mismo. Te doy la mano y te ayudo a caminar, pero una vez que lo dominas y lo sabes hacer tú solito, te suelto para que experimentes la libertad y vayas hasta donde quieras llegar, porque el límite lo pones tú y nadie más que tú.
Que te quede muy claro: ninguno debe cargar la mochila de otro. Todos llevamos cierto peso sobre nuestros hombros y no es justo echarse a cuestas la carga de los demás. Toma en cuenta que en vez de hacer un bien a tu prójimo terminarás perjudicándolo. No sólo sacies su hambre en este momento, enséñale mejor a conseguir su propio alimento y así subsistirá por más tiempo. No nada más ofrezcas pescado al hambriento, instrúyelo para que sepa pescar. Muéstrale con paciencia y amor cómo puede lograr la autosuficiencia. Entrega la ayuda consciente desde tu corazón a todos con quienes entres en contacto. Esa es la llave del éxito.
La vida es la alegría suprema y el deleite de experimentar Todo Lo Que Es. ¡Anímate a vivirla!
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